Cuando me inscribí, hace ya dos años,
en un Curso de Verano, en Carmona, organizado
por la Escuela Sevillana de Mediación, no podía intuir que viviría allí un paso
enorme para la Mediación: la creación y firma, como miembro fundador, del Nacimiento
del FORO INTERNACIONAL DE MEDIADORES PROFESIONALES auspiciado por la
Universidad Loyola. El año pasado, siguiendo a esa Escuela Andaluza que me
fascina, acudimos a las Jornadas que marcaron la fecha de celebración del FIMEP
2016. Y este año, he vivido maravillada todo lo que allí ha ocurrido. Puedo decir con orgullo, que estoy presente
en tres fotos históricas de la Mediación: el nacimiento, la convocatoria y la
celebración de FIMEP 16.
Se me agolpan las palabras por tanto que quiero decir sobre lo que, en
estos tres días, hemos vivido, y todo lo aprendido y aprehendido.
Empiezo por el lugar de Celebración: La Universidad Loyola, es un conjunto de edificios modernos, de los
llamados inteligentes, con un cuidado esmerado en todos los detalles. Una Universidad abierta, inteligente, con
visión de futuro, que apuesta y hace de la Mediación uno de sus pilares para implantarse
en Andalucía, y que ha puesto a disposición de la organización y los
participantes todas su infraestructura e instalaciones.
Continuo este breve resumen del FIMEP, por los Ponentes y comunicadores que nos han hecho vibrar con sus
magistrales vivencias y exposiciones. Desde
la resiliencia de Gabriela Curuchelar, que bien podría ser considerada una
de las características naturales del mediador profesional; la humildad y clase de Alberto Elisavetsky, quien nos ilustró sobre
la mediación con nuevas tecnologías, y brindó su plataforma al FIMEP; pasando
por las experiencias de la mediación
privada en Monterrey de la mano de Francisco Gorjón y el metamodelo de
negociación que nos expuso brillantemente Jesús Elizondo; hasta todos y
cada uno de los talleres y comunicaciones que pudimos vivir, ponen de relieve
que la Mediación está ganando poco a poco la partida, que estamos haciendo una
buena siembra que comienza a florecer.
Pude vivir en primera persona, el taller de Santiago Agüero sobre “La
formación del mediador: se nace o se hace, experiencias educativas” y me pareció
fundamental que la construcción de paz y
la motivación de lo alumnos a través de la negociación y los tratos, sean el
elemento que ha permitido crear esperanza y vida, en una zona desfavorecida de
la ciudad. Viví también en primera persona, el Taller sobre “Valores de la Mediación y deontología”
impartido por la italiana Rosaria Spinelli, siendo fundamental, crear un marco donde podamos establecer
pautas generales de actuación dentro de la deontología profesional del mediador
y el respeto a los valores que la conforman. Personalmente, me parece que
la Deontología del mediador profesional, debe ser uno de los pilares en que el
FIMEP se apoye, puesto que somos un Foro Internacional e interdisciplinar, y
debemos marcar claramente sus pautas.
Viví con entusiasmo tres comunicaciones de tres amigos: la de Mediación en accidentes de
Tráfico de Mediálogos, pues clarificaron breve y concisamente la nueva
regulación sobre accidentes de tráfico y la introducción de la mediación en su
proceso. La de Alonso Román, por
introducirnos a su SEMUMED y al mundo de
los Lego como herramienta creativa para usar en la mesa de mediación. Y la
de Merelles, compañero Procurador,
que nos habló de las nuevas fórmulas
para fomentar la mediación (mediación, arbitraje y derecho colaborativo).
Y viví en primera persona una de las experiencias más alucinantes de las
vividas por mí en estos casi 49 años de vida: el uso de la hipnosis para
realizar prácticas en mediación. Hace dos años, en Carmona, pude ver desde la barrera, lo
que es la hipnosis y su aplicación por la escuela Sevillana como sistema de
poder realizar prácticas reales en mediación. La idea, que puede asombrar, es
realmente eficaz y si hace dos años, pude ver un video, este año he podido
participar en vivo y directo en dicha actividad. Quiero resaltar la profesionalidad, respeto y educación con que Mario el Mago,
trató en todo momento a las 12 personas que estábamos allí preparándonos para
saber si éramos o no hipnotizables. Nos tuvo durante más de una hora
hablándonos y haciendo que nos relajásemos y disfrutáramos de la preparación a
la hipnosis. Luego nos dijo que podíamos ser o no elegidos para la mediación
que se llevaría a cabo más tarde y que allí sabríamos todos los detalles. Tras
realizar un inteligentísimo número de magia, Mario el Mago, nos “durmió” en la
Sala y tuve el honor de ser elegida, junto con mi socia Gloria Calderon y
Encarna leal, compañera y amiga, para recrear la mediación. En el estado de hipnosis, eres consciente
de que no duermes, pero también de que tu voluntad está en manos del Mago. Pero
estás en un estado de absoluta tranquilidad y confianza. Comenzamos la
mediación con los datos que allí en directo se nos facilitaron y que se
desarrolló durante un breve espacio de tiempo por cuestión de agenda.
Acabo estas líneas sobre FIMEP, dando las gracias a sus creadores, la
Escuela Sevillana de mediación y concretamente a Javier Ales y Juan Diego Mata, por su apuesta constante por la
Mediación desde la naturalidad, la
cercanía, la buena gente y el buen hacer. Y dando las gracias a todos y
cada uno de los miembros de la escuela, ayudantes y colaboradores en estas
magnificas Jornadas. El trabajo en
equipo, bien coordinado y bien trabajado, es garantía del éxito cosechado en
calidad de ponentes y participantes.
Creo que FIMEP es un logro importantísimo para la Mediación, pues ha
supuesto que trabajemos en común y con los mismos alicientes y objetivos, más
de 200 personas venidas de muy distintas partes del mundo. La mediación mueve a muchas
personas, que tienen los mismos ideales y un mismo fin, que las controversias
se resuelvan con el diálogo y la palabra, por quienes son dueños de su problema
con la intervención del mediador como gestor del conflicto, acompañando a las
partes en su búsqueda del acuerdo. Por
eso, comenzamos a trabajar en FIMEP 18, da igual dónde se celebre, lo
importante es que ya todos estamos trabajando para que su resultado sea tan
magistral como el vivido en FIMEP 16.
Creo sinceramente que FIMEP ha conseguido el compromiso que la Mediación necesita
para brillar con luz propia, el compromiso personal de los 200 participantes. Acabo con una frase que dijo Jesus
Elizondo en su exposición: “Un ser humano que no se compromete vale poco”. Hagamos valer el compromiso como eje del
FIMEP, compromiso para trabajar en la preparación del próximo FIMEP, compromiso
para elaborar las distintas comisiones, y compromiso para trabajar de verdad en
ellas por y para el desarrollo y consolidación de la mediación.
Nuria Calvo Boizas (Procumedia
Gestión de Conflictos SLP)
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